Te conozco, tan bien que he logrado lastimarte. Jamás me interesó lo que los demás pensarán acerca de vos. Tal vez merezca que te alejes, aunque esta vez la culpa no sea mía, pero eras mi ángel, ¿ahora mi ángel cayó para siempre en un eterno abismo? Y calló su voz, simplemente tranquilizante, tan lejana, enredada en las raíces de mi memoria. Perfecto, sos perfecto...el olvido no le gana a los recuerdos, te enterraste en mis venas, no me animo a cortarlas, no te quiero dejar huir. Agujas que me atraviesan el corazón, sin desear, sin pesar, sólo adiós, es lo único eterno. Tantas largas horas creando un mundo, que se trizó y día a día las gotas de vidrio caen, y nada puedo hacer para detenerlo.¿Y qué es lo real?¿Cómo ves lo que es verdadero en un mundo que da vueltas y no se detiene a pensar en las almas de los que todavía sienten, y no actúan por instinto natural? Te estarás arrancando la piel con las uñas ahora, buscando consuelo, pero no lo necesitas, sos inocente. Cómo puede que sea la única que entiende tu mente, y ni siquiera vos sabés como puedo ver a través de tus letras.
Y todo se retuerce más entre más y más mentiras, es una bola de alambre de púas oxidado, te aplasta y te contamina, te mata, vos sentís cómo te mata...Pero seguís plagado de heridas, estás anasteciado, el día que despiertes serás el cadáver que quedó de un miserable leproso. Y dicen que no hay peor sordo que el no quiere escuchar, entonces doy un paso atrás en este juego, porque estas heridas ya no se pueden suturar.
