así como la tierra que sobre su eje gira, mi alma en mí gira también, el día que su flujo cese, el día de mi muerte será, pues sin un alma alboratada qué más que un cadáver su morada se convertirá.

lunes, junio 06, 2005

Invierno de fuego.

Hay tanto que no puedo decir, sólo sentir por debajo la piel rajándose, sólo mirar y buscar en tus ojos la paz de sentir el acogedor suspiro de tu alma, me desvía el pensamiento, me crispa la piel, me dibuja sonrisas y ver...tan pálida, suave y fría, tanta bruma nubla mi vista y tus pisadas se extinguen detrás de una fuerte brisa. Tan delicado beso diste a oníricas sirenas, que preso de una mentira tus hojas fueron cayendo secas, mientras por el irreal suelo caminas, arrastras tu pena respirando cenizas...Y qué sientes si amanece, rojo cielo de brazas, inmenso mar de lava, acaso me escuchas si susurro con temor un dulce mantra. Y no estoy escribiendo para vos, fue demasiado lento el dolor, me devoró por dentro y me vaciaste, imbécil pueril. Todavía te veo revolcándote por su mediocre gracia, y esperas bajo el frío, esperas que ella te diga lo que quieres escuchar, lo que jamás te hará sentir, lo que es incapaz de dar. Y si, la situación empeora, todo lo que conocías te traicionará, no es hora de desear no haber cometido errores? No es la parte en la que buscas consuelo entre los restos de tu víctima? Es que tu mente logró despojarse de tremendos prejuicios, y convincente negó ser cínica y letal? Entonces triste mueres, espasmos incansables te atacan, y siempre al final se extingue, y el fuego se apaga, ya nadie queda por desangrar, ángel precoz, vuela lejos, respira toda mi ira...jamás sufriré tu insana partida.

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