Tenues luces iluminan su rostro
suave nítida pálida
dulce amor que llevas entre calas
ofrece su alma al muerto que por ella no clama
incinera este cuerpo
fatal alivio que entierras
en mis entrañas porque tu sabes que me matas
si él por tí llora
si tú por él te destrozas
pequeño angel que los mares con tus lágrimas desbordas
asfixiame con arias venenosas
en el otoño de miel
y cobre se deshoja,
tus ojos de vidrio se trizan
y una lluvia de cristal delicada me roza
carmesí, amatista celosa,
bello corazón añil,
en un bosque de horror
se pierde, de sus sueños se apodera el dolor
ahora sólo a tí te ruego
ven y corta mi aliento
acércate y susúrrame un adiós eterno
recibe mi cuerpo en la caída
con codicioso esmero
eterna virgen que en penumbra espera
estrella única en la noche de negrura extrema
esboza para él una sonrisa
empuña para mí un sable, y atraviesa mi alma
con calma, pero con prisa
que la sangre fluye y la brisa se lleva el calor de mi vida.
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